martes, 20 de septiembre de 2016

Trump, la familia natural y otros atavismos

Publicado originalmente en Animal Político. 

Ella, en cambio, se estremeció con la certidumbre de que aquel bramido profundo era un primer indicio de la temible cola de cerdo, y rogó a Dios que le dejara morir a la criatura en el vientre. Pero la lucidez de la decrepitud le permitió ver, y así lo repitió muchas veces, que el llanto de los niños en el vientre de la madre no es… sino una señal inequívoca de la incapacidad para el amor. 
“Cien años de Soledad”, Gabriel García Márquez. 

La evolución ni biológica ni social es lineal, no es un devenir irresistible hacia la mejora y la perfección. La evolución biológica es sencillamente la adaptación de las especies a cambios estocásticos en el medio ambiente;[1] a nivel social se trata de las adecuaciones que realizan los grupos humanos para lograr subsistir reorganizando sus sistemas económicos, jurídicos y políticos. En ningún caso es una mejora intrínseca, sino solo una forma de aprovechar mejor la energía o los recursos a disposición.[2]

Ocurre, en ocasiones, que algunos individuos presentan vestigios fisiológicos que corresponden a un momento evolutivo pasado, y que son inútiles en la actualidad. Uno de los más famosos es la cola vestigial que es un recuerdo de cuando vivíamos en los mares, y que para los pobladores de Macondo era una “cola de cerdo” que aparecía por el castigo del incesto. Las muelas del juicio también entran en este rubro. Los atavismos nos muestran que la evolución no es una marcha inexorable hacia adelante, siempre hay ecos del pasado. 

En LEXIA consideramos que un caso de atavismo en investigación de mercados y consultoría, es decir una herramienta exitosa en su momento pero que actualmente tiene poco que ofrecer, es el Focus Group, metodología de estímulo-respuesta que cierra la información en respuestas superficiales. Ahora existen el Open Group que favorece la generación del discurso, así como las Comunidades Online.[3]

Desde luego en política y en la sociedad también hay casos de atavismos. 

¿Quién hubiera sospechado hace unos años que, desde plataformas oficiales de gobierno en Estados Unidos, específicamente de un Partido Político, aún se podría ser altamente racista y xenófobo? Si bien, en Estados Unidos nunca se había perdido la conciencia de que el racismo seguía activo en crímenes de odio, algunas líneas editoriales o en forma de sátira cómica, ¡ha sido una sorpresa para todos ver emerger a un personaje atávico como Donald Trump!, cuyos discursos parecen provenir de décadas o hasta siglos atrás. 



Otro de los atavismos sociales recientes es el que registran los discursos y acciones del Frente Nacional por la Familia en su llamado por defender la “familia natural”, entendida por esta una relación padre-madre con hijos. 

También conocida como familia nuclear o familia occidental, sobre la “familia natural” la etnóloga Martine Segalen hace un buen tiempo ya había dado un mentis contundente respecto al hecho de que este modelo bien se formó a penas hacia 1930, con el auge de la industrialización y la segregación familiar derivada de los nuevos espacios residenciales. En muchas culturas tal modelo sería poco menos que aborrecible por su poca fuerza económica y la ruptura con el clan (familia extensa). Este modelo de “familia natural” no lo encontramos de forma mayoritaria en ningún momento de la historia previo al siglo XX.[4]




De este modo, el discurso, iniciativas y proclamas del Frente Nacional por la Familia son un atavismo, pero no uno que venga desde muy lejos, la “familia tradicional” que defienden lleva muy escaso tiempo en la historia social. 

¿Por qué ocurre este fenómeno?, ¿por qué cuando más “progresista” sentíamos al mundo y considerábamos ciertas ideas como rotundamente “superadas”, de pronto se manifiestan voces que nos quitan el optimismo? La razón es que, a diferencia de las revoluciones científicas que, según Thomas S. Kuhn cambian de paradigmas para ya no retornar más a los anteriores, virtud las demostraciones racionales,[5] la sociedad tiene valores, temores, afectos, filias y fobias. La sociedad tiene emociones, las cuales pueden ser impermeables a la vía de la razón. 

El racismo (hacia personas indígenas, afrodescendientes), la xenofobia (hacia hispanos, personas de países musulmanes), la homofobia y semejantes son, sin duda, atavismos en una sociedad democrática, plural e intercultural, pero síntomas patentes de que no podemos aspirar a un “progresismo” lineal, optimista donde todo es inclusión, equidad de género, diálogo y tolerancia. 

Discursos como los de Donald Trump y su reciente incremento de aceptación,[6] movimientos como el del Frente Nacional por la Familia abiertamente en contra de los derechos de las personas LGBT, deben movernos a reflexionar sobre la necesidad de crear vínculos sociales de entendimiento. 

Estos temas no se resuelven solo con nuevas leyes, ni con mera evidencia científica, sino que se trata de transformar la plataforma axiológica de la sociedad. Desde luego se deben brindar herramientas racionales, con sustento científico y argumentativo, pero también considerar la dimensión más instintiva de las personas, la que se mueve en el plano de los miedos, las incertidumbres, las filias y las fobias.

Debemos continuar con nuestros esfuerzos porque nadie sea discriminado por su origen étnico ni posición social, que nadie pierda derechos por su género ni su orientación sexual. Y esto no ocurrirá solo por moda, ni por tendencia, mucho menos porque exista algún prediseño evolutivo que nos indique que “para allá va la sociedad”, pues parafraseando a Leonardo Tyrtania, mi profesor de Ecología en la UAM-Iztapalapa, “la evolución es de quien la trabaja”.[7]



[1] BATESON, Gregory, “El temor de los ángeles. Epistemología de lo sagrado”, Gedisa, Barcelona, 2013.
[2] ADAMS, Richard, “El octavo día. La evolución social como autoorganización de la energía”, UAM-Iztapalapa, México, 2001.
[3] LEXIA, Klik Post® http://lexia.cc/herramientas/klik-post/
[4] SEGALEN, Martine, “Antropología histórica de la familia”, Taurus, Madrid, 1992.
[5] KUHN, Thomas, “La estructura de las revoluciones científicas, FCE, México, 2005.
[6] “Hillary Clinton pierde ventaja ante Trump, es una competencia cerrada: encuesta del NYT” http://www.animalpolitico.com/2016/09/clinton-trump-encuesta-nyt/
[7] TYRTANIA, Leonardo, “La sustentabilidad es de quien la trabaja”, en Revista Cultura y Representaciones Sociales, vol 10, núm. 20, 2016. Disponible en http://revistas.unam.mx/index.php/crs/article/view/54676/48598


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